El sector fotovoltaico se estabilizó en 2024 pero urge cambios para su crecimiento, como el necesario avance de la electrificación

  • Durante el año pasado se instalaron un total de 7.221 MW, principalmente en suelo, con 6.039 MW nuevos MW instalados
  • Sin embargo, el autoconsumo registra una caída del 31% en la potencia instalada respecto a 2023, con solo 1.182 MW nuevos a cierre de 2024
  • El sector de la energía solar aportó el pasado año 10.694 millones de euros al PIB español, suponiendo el 0,7% del total, y suma 146.764 empleos a cierre del año pasado.
  • La fotovoltaica nacional invierte en innovación más del doble que la media de las empresas españolas: 521 millones que supusieron un 3,78 % de sus ingresos
  • La industria sigue teniendo un importante peso en las exportaciones, con 3400 millones exportados el año pasado, aunque registra un ligero descenso del 5,7%

Madrid, 7 de octubre de 2025. Bajo el título “La energía fotovoltaica, motor de industrialización”, la Unión Española Fotovoltaica ha presentado hoy su Informe Anual, que ofrece, con la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha, un análisis en profundidad de la situación de la industria fotovoltaica en España y en el contexto internacional.

España, con 7221 MW de nueva potencia instalada y un acumulado de 40.294 MW, se mantuvo a cierre del año pasado, entre los 10 principales mercados mundiales, en un año en el que la energía fotovoltaica se consolidó como la tecnología renovable con mayor nueva potencia instalada en el mundo, con 602 GWp de nueva capacidad global y alcanzando un total acumulado de 2.246 GWp en todo el mundo.

La fotovoltaica en España: Un avance lento que necesita medidas de impulso

Durante 2024 se añadieron 6.039 MW de nueva potencia fotovoltaica en suelo en España, llegando a un acumulado de 32.157 MW

Sin embargo, el sector del autoconsumo ha enfrentado dificultades, registrando una caída del 31% en la potencia instalada respecto a 2023. Los 1.182 MW instalados durante el año pasado, elevan el total acumulado de autoconsumo fotovoltaico a 8.137 MW. Una realidad que recuerda que, aunque hemos avanzado significativamente, aún estamos lejos de los 19 GW que establece el PNIEB para 2030 en autoconsumo.

Una de las figuras más disruptivas del sistema eléctrico son las Comunidades Energéticas, que suelen comenzar por un autoconsumo colectivo y que permiten la participación ciudadana activa y efectiva en el sector eléctrico. El pasado año vimos cómo continuaron aumentando: En 2024 se identificaron 659 proyectos activos, frente a unos 500 estimados el año anterior. Un avance que, aunque positivo, sigue siendo lento y evidencia que su desarrollo necesita aún medidas de impulso, como un marco normativo nacional propio y específico, para el que UNEF ha presentado propuestas concretas. 

En almacenamiento, España acumuló 2.205 MWh de capacidad detrás del contador desde 2022, aunque el ritmo de instalación cayó un 34 % en 2024 respecto al año anterior. Existen ya más de 9,5 GW de almacenamiento con permisos de acceso, pero es necesario acelerar la regulación para su desarrollo a gran escala.

Más de 10.694 millones al PIB, 146.000 empleos y más de 520 millones en I+D+i

En términos económicos, la fotovoltaica generó en 2024 una aportación al PIB nacional de 10.694 millones de euros, lo que representa en torno al 0.7 % del PIB español.

El sector también sigue contribuyendo significativamente a la balanza comercial española. Con una industria exportadora fuerte en segmentos como inversores, seguidores solares y estructuras; el año pasado la industria fotovoltaica española exportó 3400 millones de euros. Un dato que, aunque supone un ligero descenso del 5,7%, sigue siendo muy significativo. 

En términos de empleo, a cierre de 2024 el sector fotovoltaico acumulaba un total de 146.764 empleos en España, incluyendo empleos directos, indirectos e inducidos. 

Las empresas del sector fotovoltaico destinaron 521 M€ a I+D+i, lo que supuso una intensidad de innovación del 3,78 % sobre sus ingresos. Aunque el porcentaje total de gasto en I+D+i haya bajado ligeramente con respecto a 2023, sigue suponiendo más del doble que la media de las empresas españolas (1,61 %) y se sitúa muy por encima del promedio de la industria nacional (1,36 %). Unas cifras que demuestran el destacado efecto tractor del sector sobre el conjunto del tejido económico e industrial español.

Un sector estratégico en peligro de estancamiento

“Aunque la potencia instalada en suelo apunta a un posible récord en 2025, los números esconden una realidad compleja para 2026”, comenta José Donoso, director general de UNEF.

Uno de los problemas más acuciantes es el incremento de las horas cero y los vertidos técnicos y económicos. Solo hasta septiembre de 2025 se han acumulado 693 horas cero, igualando ya el total del año anterior. “Este fenómeno, unido a precios capturados bajos e inestables, pone de manifiesto la urgencia de introducir reformas en el sistema de precios eléctricos, para poder avanzar en el cumplimiento de los objetivos a 2030.” añade Donoso.

“Para revertir esta situación, la electrificación de la demanda debe convertirse en una prioridad nacional. La planificación de redes a 2030 muestra que hay ya 75 GW de puntos de conexión concedidos, frente a una demanda media actual de apenas 25 GW. La convocatoria de concursos de demanda ayudará a identificar los proyectos viables, desbloquear las inversiones e impulsar la industrialización asociada a ellas”

El segundo gran reto es el despliegue del almacenamiento, clave para estabilizar los precios y dar estabilidad al sistema eléctrico. “La hibridación con baterías se perfila como una solución imprescindible, pero su avance depende de cambios normativos: dotar de personalidad jurídica a estas instalaciones, resolver la suma de potencias y simplificar los estudios de impacto ambiental cuando se ubiquen en plantas ya evaluadas”, añade.

En paralelo, la caída de los contratos bilaterales (PPAs) como vía de financiación obliga a relanzar las subastas renovables, “que deben ofrecer certidumbre a los inversores e integrar el almacenamiento”. 

La integración social de los proyectos es otro de los grandes retos para el desarrollo de la tecnología. “Sigue siendo un elemento fundamental para definir nuestro futuro”, comenta Donoso. “A menudo, se subrayan conflictos puntuales y no se visualizan los grandes beneficios que el desarrollo de esta tecnología está teniendo en el impulso socio económico los territorios y en el mundo rural, como el aumento de la población, la creación de empleos o el notable incremento de ingresos municipales que permiten mejorar la calidad de vida de los habitantes de estos municipios”. 

En cuanto al autoconsumo, UNEF reclama la aplicación de medidas concretas de forma urgente, que eliminen las barreras identificadas y proporcionen incentivos. 

Con la situación actual, alcanzar los objetivos de 19 GW de autoconsumo que marca el PNIEB es una utopía. El Gobierno trabaja estos meses en un Real Decreto de autoconsumo del que ya ha anunciado cambios que aplaudimos, como la ampliación de las distancias permitidas de 2 a 5 kilómetros, incluir la figura del gestor de autoconsumo o la posibilidad de compartir excedentes y permitir que un autoconsumidor pueda estar acogido a más de una modalidad de autoconsumo”, apunta Donoso. 

“Pero debemos ir más allá. La exención de solicitar permiso de acceso y conexión debe fijarse no en función de la potencia instalada, sino de lo que realmente se va a inyectar en la red. También necesitamos desgravaciones fiscales como en otros países: exención o reducción del IVA y deducciones en impuestos sobre sociedades para empresas e IRPF para ciudadanos. Las comunidades autónomas que aún no lo han hecho deben extender la exención de autorización administrativa de construcción a instalaciones de menos de 500 kilovatios. Y se deben agilizar las conexiones con incentivos y penalizaciones: es inaceptable que proyectos industriales de autoconsumo tarden meses o incluso más de un año”, subraya el CEO de UNEF.

El “cero eléctrico” vivido en abril de 2025 ha tenido efectos disruptivos a corto plazo, con más vertidos e incertidumbre, pero también abre oportunidades a medio plazo como la participación de las renovables en el mercado de control de tensión o el desarrollo del grid forming”.

El año 2025 se nos está terminando sin haber dado una respuesta adecuada a los desafíos con los que lo empezamos. Tendremos que hacer todos los deberes en el 2026. El futuro de nuestro sector y el aprovechamiento de la oportunidad económica que puede ofrecer a nuestro país nos va en ello”, concluyó Donoso durante la presentación de la radiografía del sector.

 

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