- El nuevo modelo tiene que ser flexible y tiene que asegurar que los menores costes de las tecnologías renovables se transmitan al precio que observa el consumidor.
- El almacenamiento juega un papel fundamental al aportar flexibilidad y al asegurar el suministro en un mercado dominado por energías renovables.
Madrid, 14 de abril de 2020. UNEF ha celebrado hoy su tercer diálogo virtual abierto ¿Ha llegado la hora de reformar el mercado eléctrico marginalista?, retransmitido en directo desde el canal de YouTube.
En este diálogo ¿Ha llegado la hora de reformar el mercado eléctrico marginalista?, moderado por Concha Raso, Redactora de El Economista Energía, han participado Arancha Martínez, Presidenta de UNEF; David Robinson, consultor en microeconomía e investigador del Oxford Institute for Energy Studies; y Natalia Fabra, Catedrática de fundamentos de análisis económico de la Universidad Carlos III de Madrid.
Los expertos han coincidido en destacar la inadecuación del actual diseño del mercado mayorista de electricidad, especialmente su carácter marginal, y su señal de precios volátil e incierta, porque estas características hacen que éste no sea un asignador eficiente de precio para las tecnologías renovables que no tienen costes variables, pero sí altos costes de capital. La reforma del mercado eléctrico se ha calificado como indispensable para llevar a cabo las inversiones necesarias para cumplir con los objetivos de descarbonización.
Asimismo, han señalado la importancia de que el mercado dé las señales de precio adecuadas a los inversores, asegurando también que los menores costes de las tecnologías renovables se transmitan a los consumidores. Además, el nuevo sistema tiene que tener en cuenta las características de las energías renovables y la descentralización de la producción asociada al desarrollo del autoconsumo.
Por su parte, David Robinson, consultor en microeconomía e investigador del Oxford Institute for Energy Studies, ha señalado que “El mercado eléctrico actual está roto. No da señales eficientes para inversión, operación, consumo u optimización. Se puede intentar solucionar problemas, por ejemplo, añadiendo nuevos mecanismos, como un mercado de capacidad. Pero estos cambios no resuelven el problema fundamental: el mercado actual estaba diseñado para tecnologías y condiciones económicas del siglo pasado. Para un futuro sistema eléctrico descarbonizado y descentralizado, hacen falta cambios más fundamentales. Propongo un enfoque de dos mercados: uno para energías firmes y flexibles (convencionales) y otro para energías intermitentes (renovables). Daría a los consumidores un protagonismo que nunca antes han tenido; esto cambiaría todo.”
Además, Natalia Fabra, Catedrática de fundamentos de análisis económico de la Universidad Carlos III de Madrid, ha indicado que “eliminar el mercado eléctrico sería volver a la verticalización del suministro eléctrico, que tan ineficiente se demostró durante los años ochenta, y que ya fue, por ese motivo, abandonada en todo el mundo con las reformas que se pusieron en marcha durante los noventa. La solución pasa por apostar por subastas entre el sistema eléctrico - en representación de todos los consumidores - y los inversores, para de este modo establecer retribuciones competitivas que reflejen los costes medios de cada tecnología, al tiempo que aportan certidumbre a las empresas sobre la recuperación de sus costes. Una reforma en esta dirección es condición necesaria para la transición energética.”
El almacenamiento, elemento fundamental para la transición energética
Los expertos han coincidido en señalar el papel fundamental que desempeña el almacenamiento en la transición hacia un mix renovable, porque aporta flexibilidad y asegura el suministro.
El próximo diálogo de la serie #DiálogosSolaresDesdeCasa se celebrará el martes, 21 de abril, a las 12:00 horas, sobre la necesidad de celebrar nuevas subastas de energías renovables para asegurar el cumplimiento de los objetivos de introducción de renovables en el mix energético.